La distinción entre «mapuche» y «araucano» se encuentra principalmente en su uso y contexto histórico. Ambos términos han sido empleados para describir al mismo pueblo originario, pero existen matices que requieren clarificación.
«Mapuche» es la expresión que escogemos para referirnos a nosotros mismos, y va más allá de ser simplemente un concepto; es una parte esencial de nuestra identidad. Cuando pronunciamos la palabra «mapuche», hablamos de ser la «gente del territorio», entendiendo territorio en un sentido amplio, que abarca no solo la tierra, sino también el cielo, el mar, los lagos… Representa una conexión profunda con nuestro entorno y nuestra historia.
En el pasado, algunos colonizadores y escritores europeos nos llamaron «araucanos»; sin embargo, este término ha quedado un tanto desfasado. En la actualidad, preferimos utilizar «mapuche», no solo porque es nuestra autodenominación, sino también porque refleja de manera más precisa la riqueza de nuestra identidad cultural.
En resumen, «mapuche» no es simplemente una denominación propia, sino una expresión viva y vibrante de nuestra historia y espiritualidad, mientras que «araucano» es una etiqueta impuesta en el pasado colonial.
Así, elegimos identificarnos a nosotros mismos como «mapuche».