La Tralana es una roca que se encuentra en los faldeos de los cerros aledaños a Malloa, localidad cercana a Pelequen. Un dato anecdótico es que antiguamente la gente del sector decía que La Tralana sonaba como trueno cuando llovía. El relato que expondré a continuación surge a partir de una investigación personal de distintas fuentes y, por tanto, versiones de la leyenda, generando así una unificación de la misma.
La Tralana de Malloa y su leyenda
La leyenda de La Tralana de Malloa nos cuenta que en los contornos de Rigolemo vivía un lonko del mismo nombre, casado con Tralana y padre de una hermosa y joven mujer, Malloa. Esta joven mujer era cortejada por sus primos Panquehue y Corcolen. Sin embargo, Malloa unió su destino con Pelequen. A pesar de que ya estaba emparejada, sus pretendientes continuaron acosándola con proposiciones que le hicieron la vida imposible. Para poner fin a este tenso clima, Pelequen con una flechas envenenadas acabó con la vida de Panquehue y Corcolen.
En tanto, su madre Tralana comenzó un amorío con el aguerrido Ñunco, quien además era el mejor hombre de su esposo. Tralana y Ñunco huyeron al ser sorprendidos por el longko Rigolemo, pero el machi Chuchue los convirtió en dos bloques de piedra, a una regular distancia uno del otro, tal como se las ve hoy día desde el valle.
Malloa, debido a la muerte de sus primos, envenenó a Pelequen. Llena de remordimiento, para serenarse, recurrió a Chuchue. Él la llevó al lugar de los soles pintados, ya que allí había una cueva donde era posible acceder a la laguna de Tagua Tagua, en cuyo fondo hay una mansión encantada donde se goza de la vida eterna.
Al principio, Malloa mostró miedo ante la propuesta, por temor a arrepentirse, sin embargo, Chuchue le prometió que si alguna vez se fastidia de permanecer ahí, puede poner termino a su estadía cuando ella lo desee, para lo cual le será permitido salir una noche de cada año, y si en esa noche encontrara en las rocas a alguna hermosa mujer llorando desengaños de la existencia humana, podría cambiar su lugar por la de ella.
En el momento en que iba a dar su asentimiento ante la propuesta del kalku, se sintió un ruido ensordecedor y un estremecimiento tan violento que abrió el cerro en dos y sepultó a Malloa y a Chuchue en las entrañas de la tierra.
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