Lo que Memoria Implacable (Marichi Tukulpan) me hizo sentir (y no fue poco)

Antes de comenzar, dejo algo claro: esto no es una reseña técnica. No tengo formación en cine, no voy a hablar de planos, montaje o encuadres, porque sinceramente no tengo idea. Solo tengo nociones muy básicas. Lo que sí puedo hacer es compartir lo que sentí, desde mi lugar, desde mi historia, viendo este documental que me dejó con el pecho apretado.

Fui al avant premiere o preestreno de Memoria Implacable con el corazón enredado entre la historia y la herida. Sabía que se trataba de los relatos olvidados de prisioneros mapuche durante la mal llamada «Pacificación de la Araucanía» y «Campaña del desierto», pero no estaba preparado para lo que iba a sentir.

La protagonista es Margarita Canio Llanquinao, académica mapuche, quien viaja hasta Berlín y encuentra una serie de manuscritos escritos por prisioneros mapuche, textos que habían dormido por más de cien años sin ser traducidos. Entre esos testimonios, hay uno que atraviesa toda la película: el de Katrülaf, un joven capturado a los 17 años durante la llamada «Pacificación de la Araucanía». En su relato, Katrülaf narra el desarraigo, el cautiverio, y los abusos sufridos tanto física como espiritualmente. Habla de cómo fue llevado a la fuerza, separado de su familia, obligado a trabajos forzados y expuesto a humillaciones. Su testimonio, tan humano como desgarrador, no solo rescata la voz de los vencidos, sino que también confronta al presente con una historia que se ha preferido olvidar.

A medida que Margarita va recorriendo los territorios que Katrülaf menciona, se va armando una especie de diálogo entre pasado y presente. Y ahí, frente a la pantalla, empecé a sentir cosas que no esperaba: rabia, nostalgia, impotencia… pero también una especie de alivio, como si al fin algo se estuviera reparando. No sé si llamarlo justicia —quizás sería demasiado—, pero al menos vi que se estaba visibilizando una verdad que ha sido negada por tanto tiempo. Y en este país, que algo así pase, ya es algo grande.

Lo más potente es que esta historia se cuenta desde dentro. No desde la distancia, ni desde el paternalismo, ni para quedar bien. El mapuzugun no es decorado: es centro. Las entrevistas, las imágenes, las voces… todo se teje con respeto, con raíz. Por eso digo que Memoria Implacable no es solo una película. Es una experiencia. Y para quienes llevamos esa historia a cuestas, también es un acto de memoria y dignidad.

El documental se basa en el libro Historia y conocimiento oral mapuche. Sobrevivientes de la “Campaña del Desierto” y la “Ocupación de la Araucanía” (1899–1926), que recoge por primera vez en español los manuscritos inéditos del etnólogo alemán Robert Lehmann-Nitsche. Este trabajo, editado y traducido por Margarita Canio y Gabriel Pozo, es una joya que da voz a quienes el Estado quiso borrar.

Me fui de la sala con el cuerpo tenso, pero con la cabeza llena de certezas. Esta historia no se puede seguir silenciando. Porque recordar también es una forma de resistir.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Share This

Descarga Gratis la «Guía de bolsillo: Bosque Esclerófilo en Mapuzugun»

Ingresa tu nombre y correo y recibe la guía en tu bandeja de entrada.